Si hay alguna cosa que afecta tanto a la hora de conducir nuestro propio coche como cuando llevamos vehículos de alquiler es la posibilidad de sufrir aquaplaning. Es una situación desagradable pero, ¿sabes qué es exactamente y cómo prevenirlo? ¡Sigue leyendo!
El riesgo de aquaplaning es mayor cuando las condiciones climatológicas no son las más favorables, como por ejemplo cuando llueve de manera abundante o en grandes tormentas, aunque también puede producirse con la calzada mojada, por lo que hay que prestarle atención al circular.
¿Qué pasa cuando hacemos aquaplaning? Esto supone una pérdida de contacto entre los neumáticos y el suelo, debido a que se introduce agua entre estos dos elementos. Las consecuencias de este fenómeno es que crece la distancia de frenado, por lo que el vehículo tarda mucho más en frenar desde que pisamos el pedal hasta que consigue reducir la velocidad y, además, si se pierde la tracción en las cuatro ruedas se puede producir un efecto trineo que nos hace perder por completo el control.
Una manera de evitar sufrir aquaplaning es no circular a gran velocidad cuando las circunstancias sean adversas, además de revisar de forma periódica los neumáticos para tenerlos siempre en las mejores condiciones.