El seguro, el impuesto de circulación, el garaje, el mantenimiento… Son muchos los gastos asociados al hecho de tener un vehículo propio. Por eso, muchos conductores buscan maneras de minimizar los gastos en la medida de lo posible. Una de las opciones más populares y practicadas por los usuarios es la de estirar su depósito de gasolina para espaciar su repostaje, sin saber que esa es una práctica poco recomendable. El hecho de no pasar por la gasolinera puede ser un desahogo momentáneo para nuestros bolsillos y una manera de no desembolsar mucho dinero de golpe, aunque con ello, sin saberlo, estamos perjudicando el buen estado de nuestros vehículos.
¿Cómo? Su funcionamiento puede verse muy alterado si tomamos por costumbre apurar la reserva y conducir con el piloto encendido hasta que prácticamente no queda ni una gota de gasolina en el depósito. Para que el combustible surta de energía a los inyectores del coche utiliza una bomba de absorción, a la que forzamos a trabajar de manera más dura cuando el nivel de depósito está bajo. Esta práctica puede conllevar la aparición de burbujas de aire que terminar por dificultar la refrigeración del vehículo, abocándonos a una avería casi segura en el corto plazo.
Debemos tener también en cuanto que quedarse sin combustible en medio de la carrera está penado por la ley y puede acarrearnos una multa más o menos considerable, echando por tierra nuestras intenciones de ahorrar dinero.
Por ello, no es recomendable apurar hasta el último minuto. Además, tarde o temprano, tendremos que repostar, así que mejor no correr el peligro de causar una avería que termine por salirnos más cara.